Casas encantadas en España (I)

Casas encantadas en España (I)
27 agosto, 2019 REDPISO

Comenzamos un serial sobre algunas de las casas encantadas más famosas de España, conociendo un poco más de la leyenda que esconden. No todas estas casas misteriosas se encuentran tan alejadas como cabría esperar: a menudo están más cerca de lo que pensamos, como por ejemplo en pleno centro de Madrid. Vamos a conocerlas…

El Cortijo Jurado (Campanillas, Málaga)

Año de construcción: segunda mitad del siglo XIX.

Historia

Incluso para la clase adinerada de la época, la casa resultaba colosal, desmesurada: ocupa una superficie de 2500 m² dispuestos en torno a un patio central y cuenta con una capilla y un torreón-mirador, además de los correspondientes establos. Para hacerse una idea de lo ostentoso de la obra, la casa contaba con 365 ventanas.

Detrás de su construcción está la poderosa familia Heredia, que junto con los Larios y otros más componían la llamada “Oligarquía de la Alameda”, un grupo de familias adineradas asentadas en Málaga. No era ningún secreto la relación de esta familia con la masonería.

Los primeros hechos dramáticos tienen lugar entre 1890 y 1920, en los que hasta cinco chicas aparecen asesinadas en ese espacio de tiempo en la margen de un río cercano a la propiedad. Antiguos testimonios hablan de una red de túneles que comunicarían las fincas de los Heredia y los Larios en los que supuestamente se habrían encontrado en los años 30 objetos de tortura, cosa que parece poco probable.

Años después, durante la Guerra Civil, en la finca tuvieron lugar fusilamientos. En estos años, el Cortijo Jurado se utilizó como hospital y sus sótanos sirvieron de calabozos.

Los años posteriores supusieron el abandono total de la casa. En los 70 la familia Vega Jurado se hace con la propiedad y esta acaba en ruina. Al llegar la década de los 90 un grupo de prominentes parapsicólogos se hace eco de la historia de la casa y graban espeluznantes psicofonías en las que se pueden escuchar gritos y sonidos de latigazos. La opinión pública no tardó en volver a prestar atención a la casona abandonada, que se convirtió en lugar de peregrinación de curiosos.

Uno de ellos, el joven Julio Vázquez, acudió en busca de aventuras con un grupo de amigos y allí cayó en un pozo de 30 metros de profundidad que lo dejó postrado en una silla de ruedas. De hecho, el estado ruinoso de la casa es tal que no se recomienda su visita dado el peligro real que entraña.

Palacio de los Amézaga (Güeñes, Vizcaya)

Año de construcción: En torno a 1709.

Historia

El palacio inacabado que ha llegado hasta nuestros días se levanta, al parecer, sobre otra casona anterior, también propiedad de los Señores de Amézaga. Cuenta la leyenda que a principios del siglo XVIII, Baltasar Hurtado de Amézaga invitó a su amigo el rey Felipe V a acudir a Güeñes y sentirse en la localidad como en su casa. El rey, airoso, le contestó que “no había en Güeñes hogar apropiado para alojar al Rey de España”. Para restituir su honor herido, Baltasar de Amézaga encargó en torno a 1709 a uno de los mejores arquitectos de la época, Martín de Zaldúa, la construcción de un imponente palacio.

Antes de la conclusión del mismo, Amézaga murió en Flandes y las obras se paralizaron. Llegados a este punto, surgen las leyendas.

Una de ellas afirma que uno de los hijos de los Amézaga murió a causa de una enfermedad contagiosa. Tras su muerte, sus ropas fueron regaladas al hijo de una familia vecina, quien pronto enfermó y también acabó muriendo. Pasaron los años y los hijos de la familia Amézaga quisieron continuar la labor de su padre. Uno tras otro fueron muriendo conforme retomaban las obras sin que se pudiese dar término al proyecto de su padre: había nacido la leyenda del “Palacio de las Brujas”.

Con los siglos, la obra inacabada terminó por abandonarse. La maleza cubrió sus muros y salones y, desde entonces, los vecinos del pueblo afirman escuchar escalofriantes ruidos y lamentos de mujer.

Palacio de Linares (Madrid)

Año de construcción: 1877-1900

Historia

Nadie contaría con casas encantadas en pleno corazón de Madrid, pero bajo la atenta mirada de la Cibeles se encuentra el impresionante Palacio de Linares. Viendo el dinamismo de este bullicioso rincón de la capital nadie podría imaginar el oscuro secreto que guarda el palacio.

Según la leyenda que circula por Madrid, José de Murga y Reolid, Marqués de Linares, se encontraba de paseo cuando se topó con Raimunda, hija de una cigarrera del barrio de Lavapiés. Surgió el flechazo y los dos jóvenes se enamoraron. Cuando José hizo saber a su padre sus intenciones con la muchacha, este, horrorizado, prohibió terminantemente el romance de su hijo con Raimunda y envió al joven a Londres, quien acabó volviendo a Madrid a por su enamorada. Según la leyenda, el motivo de la negativa de Mateo de Murga, padre de José, era que había tenido un romance años atrás con una cigarrera, fruto del cual nació una niña. El azar había querido que los jóvenes se encontraran y se enamoraran sin saber que eran medio hermanos.

No obstante, a la muerte de Don Mateo, los jóvenes contrajeron matrimonio.

La historia popular continúa con el nacimiento, fruto de la unión incestuosa de ambos, de la pequeña Raimunda. La tradición oral afirma que la pequeña fue asesinada por sus padres para evitar el escándalo y sus restos posteriormente emparedados. Otros afirman que Raimundita fue enviada a un hospicio y que visitaba con asiduidad el palacio.

No obstante, la historia oficial es bien distinta: en el testamento de los marqueses no aparece descendiente alguno. La fortuna familiar pasa a una única heredera universal, la hija del abogado del marqués y ahijada de este: Raimunda Avecilla y Aguado.

Entonces, si los marqueses realmente no tuvieron descendencia, ¿para qué mandaron construir una casa de muñecas en el jardín de palacio?

 

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