Con retos la vida se vuelve mucho más emocionante. Cuando decidas asumir nuevas aventuras o responsabilidades, considéralo como una inversión en tu crecimiento personal. Y una vez te decidas, ¿conoces los beneficios de fijarse estas nuevas metas?
Nos ayuda a motivarnos para enfrentar las dificultades del presente y poder superar cualquier adversidad que se nos ponga por delante, nos permite ver el progreso de nuestros logros; acercándonos mejor a nuestra realidad, nos permite identificar más rápidamente cuáles son nuestras fortalezas y potencialidades, y nos impulsa a atrevernos a explorar zonas menos conocidas para nosotros y nosotras, saliendo así de nuestra tan querida zona de confort.
La vida está compuesta por pequeños sueños que debemos ir cumpliendo, pequeñas metas que se van convirtiendo en logros personales y que nos hacen más fuertes. Es importante estudiar y planificar estos retos para que sean realmente una ayuda y no una frustración. Si un objetivo está bien estudiado, la satisfacción de superarlo puede llegar a ser muy gratificante.
Recomendaciones para planificar estos retos:
1. Elige retos asequibles, pero que siempre tengan ese pequeño componente de aventura y adrenalina que te impulse hasta conseguirlos.
2. Proponte un objetivo a corto plazo y ponte una fecha concreta para realizarlo. Cada micro objetivo va sumando para conseguir el gran reto, pero la consecución de los mismos nos motivará.
3. Establece metas concretas y ten bien claro el esfuerzo que esto conllevará en cada momento.
4. Cuanto más personales sean tus retos, mejor. Hay que estudiar el perfil de cada persona y evaluar que puede retarte.
5. No olvides por qué empezaste. Vas a tener días o momentos en los que no te apetezca seguir, reúne la motivación suficiente para continuar a pesar de los días grises.