Ocho obras de Frank Lloyd Wright, Patrimonio de la Humanidad

Ocho obras de Frank Lloyd Wright, Patrimonio de la Humanidad
22 julio, 2019 REDPISO

Frank Lloyd Wright (1867-1959) fue uno de los arquitectos más importantes de su tiempo. Con obras como la Casa de la Cascada, fue precursor de la arquitectura orgánica, donde creía en la armonía entre lo humano y lo rural (idea en la que avanzó, entre otros, Gaudí). El pasado 7 de julio, la Unesco declaró ocho de sus obras como Patrimonio de la Humanidad. Repasamos esas obras, y las anécdotas que esconden la mayoría de ellas.

Museo Solomon R. Guggenheim (Nueva York)

Uno de los museos más visitados de Nueva York, pero también uno de los edificios más fotografiados. El Guggenheim fue el último gran proyecto de Frank Lloyd Wright, ya que sus obras se iniciaron en 1943 y abrió sus puertas en 1959, seis meses después de su fallecimiento. Sus dramáticas curvas, presidida por una rampa en espiral que guía a los visitantes desde el nivel inferior hasta justo debajo del tragaluz del techo, son aún más impresionantes vistas desde el interior.

Hollyhock House (Los Ángeles)

Construida entre 1919 y 1921, Wright se inspiró en los antiguos templos mayas para edificar la vivienda de Aline Barnsdall, la joven heredera de un emporio petrolero. La obra fue levantada en hormigón armado con bloques de hormigón prefabricado. A pesar de su ruda apariencia, salvaguarda unos interiores cálidos en la que predomina la amplitud de los espacios. Tras décadas abandonada, en 2011 se decidió restaurarla.

Casa Taliesin en Spring Green (Wisconsin)

Frank Lloyd Wright comenzó a construir una casa para el ingeniero eléctrico Edwin Cheney en Oak Park (Chicago), pero enseguida se sintió atraído por su esposa, Mamah Borthwick. Ella dejó a su marido, y el arquitecto también decidió abandonar a su primera esposa, Kitty, con quien tuvo seis hijos. Ambos se marcharon a Europa en 1909 y a su vuelta a Estados Unidos en 1911, Wright levantó su propia casa-estudio al sur de Spring Green (Wisconsin). La bautizó como Taliesin (“arco de plata” en galés). Cuenta con una única planta y está abrazada de piedra caliza amarilla y está rodeada de grandes ventanales para que la luz natural entrase en todas las estancias durante el día. La vivienda cuenta con 1.100 m².

Taliesin West (Arizona)

El 15 de agosto de 1914, Julian Carlton (uno de los empleados de Frank Lloyd Wright), enloqueció, atrancó todas las puertas menos una de la original casa Taliesin, y le prendió fuego. Eso no fue todo: armado con un hacha, esperó a que los ocupantes del edificio fueran saliendo y los asesinó uno a uno. Mamah Borthwick, los dos hijos que tuvo con Cheney, un jardinero y otros dos empleados fueron brutalmente asesinados. Abatido, Wright la reconstruyó, pero ese fue el punto de partida para su segunda casa-estudio: la llamada Taliesin West en el desierto de Phoenix (Arizona), donde a partir de 1937 empezó a pasar los inviernos. Fue construida con materiales de la zona, como rocas del desierto y arena colada, y una de sus principales características recae en las lonas blancas que cubren el techo y atenúan la luz natural del lugar.

Unity Temple (Chicago)

Catalogada como “mi joya” por el propio Wright. Se terminó en 1909 y está situada en Chicago, concretamente en Oak Park, a muy poca distancia de su primera casa-estudio. En su momento fue un edificio revolucionario por sus líneas cubistas, por el hecho de que se construyera con hormigón colado y porque nada tenía que ver con otros templos religiosos de la época. Absolutamente todo, hasta el más mínimo detalle, fue construido por Wright: desde los muebles hasta las vidrieras, pasando por esas ventanas suspendidas que evitaban que se colara el ruido de la calle. Funcionalidad al servicio de la fe.

Frederick C. Robie House (Chicago)

Es considerado el mayor exponente de las casas pradera (prairie style), unas viviendas unifamiliares integradas en su entorno con secuencia continua de ventanas y un núcleo central constituido por una gran chimenea, alrededor de la cual se disponen las estancias. También conocida popularmente como Casa Robie, se terminó de construir en 1910. Fue un encargo del germano-estadounidense Frederick Carlton Robie, quien quería que su propia vivienda fuese igual de innovadora que luminosa, evitase la sobre-ornamentación, excluyera las líneas curvas y sus estancias fueran amplias. Aunque desde el primer momento causó furor en Europa, en Estados Unidos no todos acabaron de comprender su genuinidad. Se intentó demoler en 1957 para edificar una residencia de estudiantes, pero las presiones de los vecinos y otros compañeros de profesión evitaron la desdicha.

Casa de la Cascada (Pensilvania)

Para muchos, la obra cumbre de Wright. También conocida como residencia Kaufmann, o Fallingwater en inglés, se construyó entre 1936 y 1939 sobre una cascada del río Bear, en Pensilvania. Fue la casa de campo de Edgar Kauffmann (propietario de unos grandes almacenes en Pittsburgh) y su familia hasta 1963, cuando la vivienda se donó a la Western Pennsylvania Conservancy. Sigue siendo una de las mayores representaciones de la arquitectura orgánica al respetar e integrarse fielmente en el entorno. Sin ir más lejos, los cimientos en realidad son las rocas del lugar y la estructura, que cuenta con dos plantas, se extiende horizontalmente con prominentes voladizos y terrazas salvo en el núcleo vertical, donde se halla la chimenea. La casa, que parece que está suspendida sobre el arroyo, está abierta al público desde 1964 y es una de las mayores atracciones turísticas del estado de Pennsylvania.

Casa Jacobs 1 (Wisconsin)

En 1937, Herbert Jacobs (periodista del Milwaukee Journal) retó a Wright con una idea: ¿sería posible construir una casa que no superara los 5.000 dólares de la época? El arquitecto se puso manos a la obra y pensó en una vivienda prefabricada en forma de L de una sola planta con dos dormitorios hecha a partir de un contrachapado de 57 milímetros de espesor para abaratar los gastos. Finalmente costó 5.500 dólares, pero fue el inicio de las denominadas casas usonianas: la respuesta de Wright para que las clases medias estadounidenses pudieran hacerse con una casa tras la Gran Depresión. A la familia Jacobs se le quedó pequeña al poco tiempo de mudarse, por lo que en 1940 se trasladaron a la conocida como Casa Jacobs 2, también en Wisconsin, con mayor espacio para su día a día.

 

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