
Tanto el leasing como el préstamo son dos métodos de financiación inmobiliaria. A la hora de comprar una vivienda es más recomendable decantarse por el préstamo, ya que el leasing se suele utilizar cuando se piensa sacar rentabilidad al inmueble.
Leasing
Consiste en adquirir una casa en régimen de alquiler por 10 ó 15 años y después decidir si se quiere comprar o no.
Una de las ventajas del leasing es que financia hasta el 100%, frente al préstamo que no ofrece más del 80%. Además, permite una mayor desgravación porque se obtiene una gran rentabilidad (tanto financiera como fiscal). Por esto, existe la posibilidad de ahorrar fiscalmente en los primeros años con el leasing.
Las desventajas que incluye este tipo de financiación son que la casa no es de nuestra propiedad hasta que no la compramos y que los plazos de pago son rígidos.
Si lo que buscamos es adquirir un inmueble (local o vivienda) para utilizarlo como oficina, la opción más recomendable es el leasing porque obtendremos una gran rentabilidad.
Préstamo
Suele ir en función del Euribor y de los tipos de interés, a menos que se trate de una hipoteca a tipo fijo.
Las ventajas de los préstamos son que la casa es de nuestra propiedad desde el primer momento y que los plazos de pago son más flexibles que en el leasing.
En cuanto a las desventajas, conlleva una serie de gastos como los gastos notariales, de registro y de gestoría y no se suele financiar el 100% del importe, sino un 70%-80%.