De cerca, Vicente del Bosque desarma. Hasta los que en las conversaciones futbolísticas que tan habituales son en este país, detallan los errores o los déficits que pudo tener el campeón del mundo en el banquillo, se rinden a la humanidad que desprende el entrenador español más importante, el único que ha ganado Copas de Europa con el Real Madrid y un Mundial y una Eurocopa con la Selección. No hay crítica que pueda aguantar el peso de los hechos, de los trofeos que luce el salmantino. Fue un grandísimo entrenador y sigue siendo una persona cercana, que trata con educación y respeto, que no se impacienta y que no esconde ni una esquina de soberbia. Cojea ya de manera irremediable por los continuos problemas que ha tenido en la cadera desde siempre, busca a Abel Antón, que aparece por el Café Santander para hacerse una foto con él y aguanta de pie la entrevista, con buena cara, mientras habla con ilusión del campus de verano, un proyecto en el que lleva volcado mucho tiempo. Se celebra en Madrid Zona Norte, Estepona (dos semanas), Palma de Mallorca y Salamanca, su lugar de nacimiento y donde llega ya a la decimosexta edición. “Yo que soy ex en casi todo sigo en activo en el Campus muy ilusionado para trasladar a los más pequeños el valor educacional del fútbol que es una herramienta fantástica, cuenta Vicente del Bosque, de su campus, patrocinado por el Banco Santander y Pelayo.
-¿Qué es lo que tiene que aprender los niños en un campos de fútbol como el suyo?
-Yo soy partidario de enseñar técnica paralelamente a la conducta personal. Tiene que ser una técnica básica, de control, de pase o de conducción. Muchos niños ya saben, pero otros no, porque hay de todo en los niños. Creo que mi campus y otros campus como este tienen que abrirse a que todos puedan participar, también esos chavales que tengan alguna discapacidad.
-También las niñas.
-Eso es algo que no habría que ni decirlo. Todos y todas tienen derecho a hacer deporte.
-¿Cómo vive ahora Vicente del Bosque, se echa de menos estar alejado del mundo del fútbol de manera activa?
-No tengo nostalgia de lo que he vivido, y ahora no echo nada de menos. Estoy a gusto como estoy ahora. Cuando éramos profesionales, llegamos hasta donde creíamos que podíamos llegar y la verdad es que me siento muy afortunado de haber vivido tantos años dentro del mundo del fútbol, como jugador y también como entrenador.
-¿Pero no mira atrás alguna vez y da vueltas a algunas decisiones?
-Pienso que cuando estábamos en activo hicimos lo que en ese momento teníamos que hace. Cuando éramos entrenadores no hicimos cosas para dar beneficios a nadie, creo que siempre fuimos correctos y siempre fuimos legales.
-Ahora, con la perspectiva de los años y la experiencia de lo vivido, ¿qué consejo daría al niño Vicente del Bosque?
-Cuando empiezas no tienes perspectiva de lo que puedes ser. Yo nunca pensé que podía ser futbolista, ni siquiera cuando vine a Madrid, con 16 años. Luego todo sucedió. Ahora bien, yo creo que los chavales de ahora están mejor preparados que nosotros. Yo soy duro con los chavales, puede que sea cruel, pero les digo que no van a ser jugadores de fútbol, hay que ser sincero, pero también es verdad que el fútbol es una herramienta fantástica para hacerles mejores y más felices.
-¿Cambia mucho la vida de los jóvenes cuando cambian de casa para ir a un equipo?
-Ahora los clubes tienen unas instalaciones excelentes para que los futbolistas jóvenes puedan vivir y estudiar. Luego, no cambia el carácter porque cambies de casa: los que llegaron siendo buenos estudiantes seguirán siendo buenos estudiantes y los que llegan a los clubes siendo malos estudiantes, pero ejemplo, van a seguir siéndolo.
-Para un futbolista, para un deportista, tener una casa donde poder descansar.
-Es uno de los asuntos básicos. Hay que tener un lugar donde sentirse cómodo y donde poder descansar y recuperarse para afrontar las exigencias de la competición.
-Ésa humildad que luce Del Bosque, ¿cómo se puede entrenar?
-La normalidad es un valor muy importante para comportarse. Consiste en no ser exagerado ni dramático cuando uno se enfrenta a la derrota, pero a la vez tampoco serlo cuando llegan las victorias.
-Campeón del mundo con la Selección, dio alegría a mucha gente en España, ¿considera que hizo algo por los demás?
-No creo haber hecho algo importante para la gente, la verdad, pero hemos estado en el Real Madrid y hemos entrenado en la selección española y eso supone un escaparate enorme. Desde todos los sitios, lo que hemos intentando siempre es obrar con humildad.
-Y la gente por la calle, ¿cómo le trata?
-La verdad es que es cariñosa conmigo y eso se agradece… Pero sin pasarse, no podemos pensar que somos perfectos porque la gente nos trate bien. Está claro que tenemos defectos, como todos.
-¿Ve fútbol?
-Veo los mismos partidos que antes, es decir, la misma cantidad, pero ahora sin la intensidad de tener que hacerlo como entrenador y fijarme con atención o pensar en el próximo encuentro que nos toca, el rival o la alineación que hay que hacer.
-¿Cómo define la temporada?
-El Barcelona ha sido el mejor. Lo ha demostrado con su fútbol y victorias. Ha sido una Liga extraña porque el Madrid se quedó descolgado. Ha habido sorpresas como el Getafe, pero también el Eibar.
-¿Al Madrid le ha visto?
-El Real Madrid ha sido irregular, no ha sido una buena temporada. Este año tener a tres entrenadores es muy difícil y era complicado revertir esa situación. Se pensaba más en el último partido que en cambiar las cosas. NO no puedo ser ni crítico ni ácido con nadie porque además es algo que yo también he vivido
-¿Mbappé o Neymar?
-Los dos son buenos futbolistas. El Real Madrid tiene en su plantilla buena base para el futuro, aunque supongo que llegará algún jugador para reforzase, como sucede cada temporada.
-¿Qué le parece Guardiola?
-Me alegro mucho por los triunfos de Guardiola porque representa muy bien al fútbol español, ver una fina de la Copa inglesa contra Javi Gracia, otro entrenador español es un orgullo.
-¿Y que Raúl sea entrenador?
-Cada uno es entrenador su manera y Raúl está empezando este camino. Él es un hombre con formación y capacidad, que logrará lo que quiera.