
A día de hoy es muy importante tener en cuenta la eficiencia energética de los edificios y viviendas. Es obligatorio contar con un certificado energético a la hora de comprar, vender o alquilar, lo que demuestra la creciente preocupación que genera la contaminación. Pero la realidad es que la gran mayoría de las viviendas de nuestro país no cumplen con los mínimos establecidos y obtienen índices energéticos muy malos.
Los dos archipiélagos españoles, Canarias y Baleares, son las zonas españolas que peores índices obtienen en cuanto a contaminación de sus viviendas. El 56% de las casas baleares obtienen las peores calificaciones energéticas, algo que puede deberse al gran boom del ladrillo que implicó construcciones rápidas dejando de lado muchas cosas como la eficiencia. Esto hace que los costes de las familias también sean más elevados al tener que hacer frente a suministros defectuosos o antiguos.
La media española de viviendas que no superan el corte se encuentra en un 37%, por lo que se aprecia que el 56% que obtiene Baleares está muy lejos aún del resto del país. Las zonas con más viviendas eficientes son La Rioja, con solo un 15% de viviendas suspensas, y Navarra con un 23%.
Toda la Unión Europea ha establecido cifras en cuanto a la eficiencia energética de los diferentes estados y los archipiélagos españoles se encuentran en las últimas posiciones, como algunas de las zonas menos eficientes en cuanto a viviendas del continente. Las casas Passivhaus son un claro ejemplo de eficiencia energética.
Los expertos coinciden en que la mayor parte de este proceso debe hacerse durante la construcción de la vivienda, siendo su aislamiento un punto clave para ser energéticamente eficiente. También es importante la concienciación ciudadana, tanto de inquilinos y propietarios como de promotores y constructores, para conseguir una preocupación por las viviendas eficientes.