Tras varios años de crisis económica y por fin incorporados al mercado laboral, los jóvenes de entre 28-35 años, por fin pueden empezar a pensar en comprar una vivienda. Los bajos intereses, la mejora de las condiciones económicas y una mayor proporción de población activa joven servirán de apoyo al mercado inmobiliario.
El crecimiento de los salarios sigue bajo, lo que dificulta a algunos jóvenes adquirir una vivienda, pero se confía que esta situación varíe en los próximos años, debido a un incremento salarial y a la mejora de las condiciones laborales.
Ya en la última década la proporción de jóvenes trabajadores ha aumentado un 8%, lo que ha incrementado el interés por la compra de vivienda en detrimento del alquiler, que hasta ahora era la opción más factible entre este rango de edad. A pesar de ello, los jóvenes se centrar en el mercado de segunda mano, pues el país ha experimentado un retroceso en la demanda de vivienda de nueva construcción, que representa solo el 40% de la actividad inmobiliaria.
Esta situación y la mayor asequibilidad de las casas impulsarán el precio de la vivienda en España un 8,6% en los tres próximos años, previendo una subida del orden del 5,6% en el precio de la vivienda en 2018, mientras que en cada uno de los siguientes años hasta 2020 este incremento se limitará al 1,4% anual.
