
El toldo es uno de los elementos más visibles y funcionales en balcones, terrazas o patios. Sirve para proteger del calor, el sol directo o la lluvia. Sin embargo, también es una de las partes más castigadas por el clima. Por eso, saber cómo cuidar los toldos es clave si queremos mantenerlos en buen estado durante más tiempo.
Muchos toldos se deterioran con rapidez por falta de cuidados básicos. Las lonas pierden color, aparecen manchas o incluso moho, sobre todo si permanecen enrolladas todo el invierno.
Un truco sencillo que marca la diferencia
Cuando tienes un toldo clásico sin cofre, la lona queda siempre expuesta:
- Al sol cuando está extendido.
- A la lluvia, polvo y heladas cuando está recogido.
Es decir, la tela nunca queda completamente protegida, porque no se guarda dentro de una carcasa como ocurre con los toldos con cofre.
¿Cuál es el truco?
El instalador nos explicó una forma muy sencilla de proteger la lona cuando el toldo no se usa durante semanas (por ejemplo, en invierno):
Despliega completamente el toldo como si lo fueras a usar.
Sigue girando la manivela un poco más, aunque ya haya llegado al tope.
El eje comenzará a enrollar la lona en sentido inverso (por el otro lado).
¿Cómo se hace el enrollado inverso?
Durante la temporada baja (otoño o invierno), extendemos por completo el toldo. Luego, giramos la manivela más allá del tope habitual. Eso hace que la lona comience a enrollarse en sentido inverso, quedando protegida la cara que más sufre.
La parte que suele estar expuesta al sol, lluvia o polvo queda resguardada durante semanas. Esta acción tan simple protege el tejido de forma sorprendente.
¿Qué se consigue con eso?
Al enrollarlo del revés, la parte de la lona que normalmente queda expuesta al sol, la lluvia o el polvo, ahora queda protegida y hacia dentro. Y lo que normalmente va hacia la pared (el reverso de la tela), queda fuera. Como esa parte no ha sufrido tanto, aguanta mejor la exposición durante los meses en los que no se usa.
Otros consejos básicos para cuidar tu toldo
Además del enrollado inverso, es importante seguir algunas pautas regulares:
- Limpiar el toldo con agua y jabón neutro una vez al mes.
- No recoger la lona si está húmeda o sucia.
- Evitar extenderlo si hay viento fuerte o tormenta.
- Lubricar las manivelas y ejes una vez al año.
- Revisar soportes y anclajes si ha habido rachas de viento.
Estas prácticas ayudan a prevenir problemas estructurales y estéticos, y evitan reparaciones costosas.
¿Y si vives en una zona con clima extremo?
En zonas costeras o con inviernos húmedos, como Galicia o el norte de España, es preferible desmontar el toldo si no se va a usar durante meses.
En cambio, en lugares como Andalucía o Levante, el clima permite mantener el toldo instalado todo el año, aunque el enrollado inverso es especialmente útil para proteger la lona.
Conclusión: cuidar los toldos alarga su vida y ahorra dinero
Saber cómo cuidar los toldos no requiere grandes conocimientos. Solo constancia, atención al clima y algunos gestos sencillos pueden duplicar su duración y mantener su buen aspecto.
Un toldo bien cuidado no solo mejora el confort del hogar, también conserva el valor estético de tu fachada o terraza. Con pequeños cuidados y sentido común, puedes alargar la vida del toldo durante años.
En Redpiso sabemos que cada detalle del hogar cuenta. Los toldos no solo mejoran la eficiencia energética de la vivienda, también aportan confort, estética y protección solar durante todo el año.
Sin embargo, son una de las partes más expuestas a la climatología, y su deterioro suele pasar desapercibido… hasta que es demasiado tarde. Por eso, si tienes un toldo tradicional (especialmente sin cofre), te recomendamos aplicar este sencillo truco de enrollado inverso cuando finalice la temporada de uso.
Este pequeño gesto, junto con una limpieza ligera periódica y un buen mantenimiento, puede duplicar la vida útil del toldo y ayudarte a mantener el valor de tu vivienda a lo largo del tiempo.